España 91 - 54 Egipto: El mundial empieza ante Brasil

Los de Orenga demostraron desde el primer minuto su aplastante superioridad. Los malos porcentajes de tiro y la lógica relajación impidieron una mayor ventaja al descanso. A partir del tercer cuarto España fue una apisonadora que castigó sin piedad a su rival. Ibaka fue el mejor con 18 puntos. 

El calendario dice que el sábado comenzó el mundial para España, pero la verdadera competición arranca mañana ante Brasil, primer partido de verdadera exigencia. Ayer Irán y hoy Egipto no ha sido otra cosa que meros trámites, encuentros asequibles cuyo única emoción era ver por cuántos puntos ganaban los nuestros.

La selección empezó más metida que ante Irán. No es que los egipcios exigieran demasiado, pero los de Orenga estuvieron más comprometidos en defensa. El rival invitaba a darse el gustazo de robar, taponar, provocar fallos, algo que gusta a todo jugador, aunque su fuerte no sea la defensa. No le costó demasiado a España irse en el marcador con diferencias sonrojantes para ser el primer cuarto, en parte gracias a que los nuestros movían el balón con facilidad, encontrando tiros cómodos. Incluso anotaron dos triples en los primeros 10 minutos, mientras que en los 30 restantes solo anotaron cinco.

Otra vez porcentajes muy bajos en el tiro de tres (7 de 25 para un 28% de acierto), algo incomprensible en una plantilla donde hasta los pívots pueden anotar desde ahí. Al menos los lanzamientos de los españoles tocaban aro, al contrario que los de los egipcios, que dieron todo un recital de air balls y pedradas varias que invitaban a pensar en un inminente cambio de tablero. Aun así era encomiable la valentía de los africanos, que a pesar de sumar fallo tras fallo desde el triple, no pararon de tirar desde esa posición.

Ante semejante panorama la selección echó el freno y bajó varias revoluciones. Todos menos Ibaka, que se llevó la ovación de la noche cuando pisó la cancha. Él, siempre agradecido, empezó con un mate y un tapón que no solo alejó el balón del aro, sino también mandó lejos ese debate sobre si debe ir él o Mirotic. A día de hoy plantearse tal cuestión es gastar saliva innecesariamente. Ibaka tapona, machaca y da espectáculo. Mirotic tendrá otras características, pero Ibaka es uno de los más queridos simplemente porque es un jugador que levanta al público de su asiento y porque su evolución a nivel de juego le ha convertido en alguien imprescindible tanto en defensa como en ataque. Y Mirotic, poco amigo de apretar en defensa, no puede competir ante alguien tan completo.

Al descanso ya no había partido (42-24) y tras la vuelta de vestuarios menos aún. Los de Orenga fueron un torbellino, regalando a los presentes en el pabellón sus mejores minutos en lo que va de mundial. Un parcial de 11-0 finiquitó por completo el choque,  y a partir de ahí el partido pasó a ser un correcalles donde la anarquía hizo acto de presencia.

España dedicó el último cuarto a repartir minutos (sobre todo a Abrines, que debe ir entrando poco a poco en la dinámica del equipo), aunque la intensidad brillaba por su ausencia. Los egipcios lo aprovecharon para intentar maquillar el resultado durante los primeros instantes del último parcial. Esos típicos instantes que tanto enfadan al entrenador que los sufre (Orenga) a pesar de la distancia en el marcador, que sirven para hacer la típica broma de “cuidado, a ver si nos van a remontar” o de los que presumirán los jugadores egipcios ante sus nietos. Aunque la broma duró poco, el tiempo que tardó España en ponerse de nuevo el mono de trabajo para alcanzar una diferencia que se quedó en 37 puntos.

En definitiva, otro trámite para la selección, que ha ahorrado muchas fuerzas durante el tramo fácil del mundial. Mañana comienzan los partidos para los que de verdad se han preparado los de Orenga. Brasil será el primer adversario de enjundia, una buena oportunidad para dar un golpe de autoridad y, sobre todo, para recuperar nuestra confianza con los triples.