Remontó un 2-0 y puso el 2-2 tras la expulsión de Mario Ortiz

El Fuenla arregla en veinte minutos los problemas que mostró en setenta y cinco

Si algo nos enseñó la catástrofe del Barça en Liverpool la temporada pasada, es que no hay que perder de vista la pelota ni aunque esté el juego parado. Es una lección simple, pero de vez en cuando ocurren fallos de concentración que nos recuerdan que puede pasar si no estás muy metido en el encuentro.

En el Sardinero, le pasó al Fuenlabrada. Hubo poco juego en los primeros minutos, tras una falta en la que Kitoko e Iban Salvador salieron mal parados (especialmente el primero). Poco tiempo y juego para entrar en calor, si no vienes centrado ya del vestuario. Una falta en la frontal del área del Fuenla, y al Racing se le ocurre sacar rápido para ver si pilla a los azulones.

Vaya si lo consiguieron. Pelota limpia de la frontal hasta la línea de fondo, con tres jugadores fuenlabreños (como minimo) de espaldas a la falta. Lombardo consiguió poner el centro, y Juanma Marrero se lo marcó en propia. Minuto siete y ya había que remar contracorriente.

Por un breve tiempo, el Fuenla lo asimiló y entró en el partido. A través de cabalgadas de Anderson e Iban Salvador pudieron hacer daño al Racing, y el segundo consiguió incluso mandar un balón al palo. Más tarde, Hugo Fraile tuvo un disparo lejano que desvió un defensa, pero quedó lo suficientemente centrado como para que Luca Zidane pudiera rechazarlo.

Sin esa salida de balón por la banda izquierda, el Fuenla padeció (innecesariamente) para tener el balón. Haciendo las cosas bien, podia ser superior al Racing. Cuando presionaba bien, no tenía problemas. Cuando quería sacar la pelota, encontraba las vías por la izquierda. Pero lo hizo a ratos, desconectado de un partido que podía ser suyo si se entonaban.

Terminó ocurriendo. Ahora entendemos por qué el Racing de Santander no levanta cabeza, porque no cierra los partidos. Todo seguía igual en la segunda mitad, de hecho Cejudo hizo el 2-0 en un lío defensivo. Ya parecía imposible que cambiara el signo del partido...

Pero el Racing levantó a los de Mere del suelo. Corría el minuto 75 cuando Mario Ortiz hizo una entrada terrible, tacos por delante, sobre Ciss. No dejaba lugar a dudas, era tarjeta roja. Con 15 minutos por delante, los de Parralo se quedaban con diez.

Con un 2-0, parecía fácil la solución: cambios defensivos y a defender con el alma. Pero, tras la expulsión, el Fuenlabrada llegó por fin al partido. Setenta y cinco minutos tarde, pero le valió para sacar cinco córners que fueron oro puro y la perdición de un Racing que terminó pidiendo la hora y rezando a todos los santos.

En el primer saque de esquina, gol de Glauder de cabeza. En el segundo, ocasión muy clara. En el tercero, dos disparos rechazados y gol de trallaza de Juanma Marrero (redimido tras su mala primera mitad). Y en el cuarto y el quinto, Luca Zidane terminó atajando para salvar al menos un punto.

Como resumen, el Racing revivió a un Fuenla que apenas existió hasta la expulsión de Mario Ortiz. Desde entonces, bastó con ser muy ofensivos y provocar córners para remontar y casi ganar un partido que ni se imaginaba que podía cambiar tanto.

ONCE DEL RACING DE SANTANDER: Luca; Buñuel, Olaortúa, Figueras, Moi; Kitoko (Mario Ortiz), Sergio Ruiz, Cejudo (Nkaka), Yoda, Lombardo; David Rodríguez (Óscar Gil)

ONCE DEL C.F. FUENLABRADA: Biel, Iribas, Prieto, Juanma, Glauder (Héctor); Cristóbal, Vallejo (Ciss), Hugo Fraile, Anderson; Iban Salvador, Oriol Riera (Jeisson)

GOLES:  1-0 Juanma, p.p., min.7; 2-0 Cejudo, min.51; 2-1 Glauder, min.77; 2-2 Juanma, 84