Así no hay milagros que valgan

Derrota 2-1 del Fuenlabrada que pudo ser peor, y casi certifica el descenso a 1ª RFEF

El entrenador buscaba un milagro, el equipo le dio otro tormento. El Fuenlabrada, ya con el agua al cuello, llegaba a Lezama con la obligación de ganar para buscar un milagro que le llevara a ir sobreviviendo de jornada en jornada hasta llegar a la última. Pero lo que propone el técnico en la sala de prensa no se corresponde, ni remotamente, con lo que se ve sobre el césped. Los milagros se merecen, y este equipo lleva semanas sin hacer méritos. 

No se puede buscar lo imposible si defender es considerado una utopía inalcanzable. Otro día más, con defensa de cinco a la hora de defender, el desconcierto era tremendo. Marcas que se pierden por metros, despejes en los que más bien el balón te pega a tí, duelos que no se ganan bajo casi ninguna circunstancia...y accidentes como el penalti de Pol Valentín que Nolaskoain transformó en el primer gol del Amorebieta.

Ofensivamente hay más recursos, con ramalazos de calidad de Ontiveros y Pedro León (disparo al palo) desde lejos más el empeño de Bouldini, pero la parcela defensiva es una película de terror. En los cinco últimos minutos de la primera mitad, lo que terminó siendo un 1-0 pudo ser un 3-0 sin que los de Mujika se despeinaran demasiado. Con atacar basta, aunque se encontraron con Altube y con su mala puntería. El descontrol era tan grande que la pregunta no era si ganaría el Amorebieta, sino por cuánto. 

El partido estaba siendo tan malo atrás que personalizar en nombres concretos sería esconder al resto bajo un escudo. Sandoval lo vio, igual que todo aquel que quisiera verlo, y salió de vestuarios con tres cambios. Dentro Tachi, Agu y Amigo, fuera Cristóbal, Pulido y Kante. Cambios de fichas que mejoraron brevemente al equipo, pero que terminaron inmersos en la vorágina autodestructiva de un Fuenlabrada en caída libre. 

Llegó el segundo para el Amorebieta, claro. Un gol que corresponde más a la jornada 42 en un partido sin historia, o en un imaginario quinto gol del Madrid ante el Espanyol. En un partido donde ambos equipos se juegan el descenso, no. La vida se le va al Fuenlabrada porque se empeña en autolesionarse. Por mucho que, esta vez, la pequeña sombra de una remontada asomara por el horizonte tras el gol de Konaté a diez minutos del noventa. Varios córners más tarde y una expulsión de Sotillos después, esa esperanza se fue al mismo limbo al que se han marchado todos esas oportunidades que te han dado en los últimos dos meses. Porque la salvación dependía del Fuenla, y el equipo ha tirado absolutamente todas menos una (victoria ante el Málaga). 

No es posible sanar cuando te autodestruyes. No hay mejora sin corrección. No hay triunfo sin saber sufrir. Y no hay milagros sin merecerlos. Ante la Real B puede llegar el descenso matemático.

ONCE DE LA S.D. AMOREBIETA: Santamaría (Unai Marino); Larrazabal, Óscar Gil, Nolaskoain (Luengo), Lozano, Andoni López; San José, Javi Ros (Olaetxea), Álvaro Peña (Bilbao); Guruzeta, Obieta (Sergio Moreno)

ONCE DEL C.F. FUENLABRADA: Altube; Pol Valentín, Pulido (Tachi), Sotillos, Gozzi (Adrián); Cristóbal (Agu), Diame (Konaté), Pedro León, Ontiveros; Kante (Amigo), Bouldini

GOLES: 1-0 Nolaskoain p., min.20; 2-0 Guruzeta, min.55; 2-1 Konaté, min.82