En la mayoría de inmuebles se da la situación en la que, tarde o temprano, hay que enfrentarse a una reforma, ya sea en el hogar o en el local donde se tiene un negocio. El documento que formaliza los trabajos, materiales y el precio de la obra es fundamental para evitar desencuentros con los que llevan a cabo los trabajos y asegurar que se cumplen los plazos y las condiciones pactadas.
Los propietarios de las viviendas tienen muchos motivos para acometer una obra de reforma. Las razones pueden variar desde aquellas relacionados con el gusto estético que ha cambiado y quieren adaptarlo a las nuevas modas y tendencias, a aquellas otras que requieren adaptar el entorno a las nuevas necesidades (aumento en el número de inquilinos, personas con requerimientos especiales como la ancianidad, las funciones motoras disminuidas…). Pero, también, uno de los motivos es revalorizar el inmueble con vistas a una posible venta o alquiler.
Ya sea para una rehabilitación parcial o total del inmueble, se debe solicitar el cálculo del coste total de la intervención. Si en los presupuestos reformas, además del valor económico se detallan elementos como el tiempo estimado de la obra, la calidad de los materiales y las acciones que se van a llevar a cabo (documentos, permisos, ocupación de la vía pública…), mejor.
Antes de pedir el presupuesto
Para reconocer en toda su amplitud qué es lo que se va a ver en el presupuesto, es importante tener claro qué es lo que se quiere. Y, en este sentido, no solo hay que contemplar la parte constructiva, sino, también, la parte decorativa, el tipo de materiales y los acabados que se quieren en cada estancia. Este es un factor que determinará, en gran medida, la cantidad final a pagar que figurará en el presupuesto, ya que se pueden elegir materiales de gama baja, media o alta.
Es aconsejable revisar las revistas de decoración, páginas web especializadas, conocer los consejos de los expertos en decoración de interiores, para que toda esa información pase por el propio filtro, las características de la vivienda y ayude a clarificar cómo se quiere ver el inmueble cuando los últimos profesionales abandonen la casa.
Con estos conocimientos, también se tendrán más herramientas a la hora de discutir precios y establecer un presupuesto final, se podrá aportar soluciones eficaces y elegantes a posibles problemas que vayan apareciendo durante la realización de la obra. Cuanto más claro se tenga todos y cada uno de los pasos que se van a dar durante la reforma, más útil será el propietario y mayores los ahorros económicos. Esto implica conocer al dedillo todos los detalles y elementos que se quieren renovar.
La elección del equipo profesional
Es una pérdida de tiempo coger el listín telefónico y pedir presupuesto a todo equipo especializado en reformas que aparezca en él. Se debe realizar una criba en este paso, elegir solo aquellos grupos de profesionales que ya cuentan con puntos positivos para que se le conceda la realización de la obra.
Estos puntos positivos se localizan en la propia web de la empresa. Esta deberá dejar ver los comentarios de sus clientes. Si no lo permiten, da pie a la desconfianza, si lo permiten, generalmente serán buenos, pero si todos son excepcionales también pueden ser dudosa procedencia. En cualquier caso, puede ser una guía cuando se compruebe que los comentarios son reales.
También se puede saber de la profesionalidad de la empresa visitando foros especializados y preguntando a los que allí se reúnen qué opinión les merece una u otra empresa de reformas. Por supuesto, siempre hay que contar con la opinión de amigos y familiares que ofrecerán una opinión sincera si ya han recurrido al trabajo de alguna de estas organizaciones profesionales.
Qué pedir en el presupuesto de reforma
Lo primero que hay que señalar son las zonas y espacios que se quieren cambiar, transformar, mejorar (hall, pasillos, cocina, salón, cuarto de estar, despacho, dormitorios, baños, exteriores…), en el caso de que no sea todo el inmueble al completo.
Esto lleva aparejado pensar en qué tipo de profesionales se van a necesitar para cumplir con todos los trabajos. Lo más aconsejable es contratar a una empresa multidisciplinar, es decir, que en su presupuesto incluya todos los trabajos y no tener que contratar a otros profesionales. Esto podría acarrear problemas de horarios, malos trabajos y pocas responsabilidades.
Lo mejor, una sola empresa que provea de albañiles para la demolición, el desescombrado, tabicado, solado, alicatado y la colocación de la escayola y el pladur, así como los pintores, los electricistas, fontaneros, carpinteros metálicos para los cerramientos, carpinteros de madera, decoradores…
Por último, hay que tener en cuenta, como ya se ha comentado brevemente en este mismo artículo, la calidad de los materiales que se van a usar, los cuales influirán de forma determinante en el presupuesto final. Hay que tener en cuenta los materiales para los siguientes elementos; pavimentos, revestimientos de paredes (acabados y tonalidades), sanitarios y mamparas, las griferías, los mecanismos eléctricos (por zonas y los modelos), elementos de iluminación (general, indirecta…), rodapiés, molduras y marcos, puertas y ventanas (modelo y tipo de cristal), manivelas y cerraduras, mobiliario y electrodomésticos (si hiciera falta).