Según el reportaje realizado por Victoria Torres del diario El País, podemos seguir a uno de los ciudadanos chinos que están repartiendo diferente material como mascarillas, guantes, gafas protectoras y alcohol desinfectante, se trata de Paco Quiang de 46 años que lleva 30 en España que ha regalado cajas y cajas de mascarillas, guantes, gafas protectoras y alcohol desinfectante en puntos clave de toda la Comunidad de Madrid.
"Juntamos todo lo que teníamos en una nave de Fuenlabrada y empezamos a las ocho de la mañana del domingo a repartir” indicaba Paco Quiang a la periodista de El País, que el primer día hizo de improvisado repartidor en la central del Samur y este lunes, en hospitales de San Sebastián de los Reyes, Fuenlabrada y Getafe. Además indicaba que "no hay una persona que empiece a organizar, todos pensamos lo mismo y lo empezamos a hacer, en grupo como nosotros o solos. Es una idea común, ayudar”. Unos “llevaron una cajita de mascarillas, otros dos, muchos bazares que tienen alcohol trajeron botes, otros guantes...”.
Otra de las ciudadanas chinas que están repartiendo material es una mujer que no quiere identificarse y que tiene un negocio en el polígono de Cobo Calleja de Fuenlabrada. Fue el domingo con su marido a entregar mascarillas y gel desinfectante a la comisaría de la Policía Nacional de Getafe. Accede a contar por qué lo hizo, pero sin nombres. “El virus no tiene frontera ni nacionalidad,somos chinos pero España también es nuestro país”. Desde que nos hemos enterado de que los que están en la primera línea luchando por nuestra seguridad y nuestra salud no tienen ningún tipo de protección, todos los chinos estamos intentando hacer algo como ciudadanos. Nosotros simplemente somos unos de ellos”.
Chen, de 50 años y que se dedica a la compraventa, ha hecho donaciones junto con otras muchas personas de su entorno al Doce de Octubre, al Carlos III, al Gregorio Marañón, al Ramón y Cajal, al Puerta de Hierro... “Cuando se detectó el primer caso en España, muchos mayoristas chinos, por pánico y por prevención, importaron productos de su país y otros ciudadanos hicieron pequeñas compras en farmacias. Al ver cómo se han disparado los casos, han cogido lo que tenían y lo han donado a instituciones”.
Fuente: EL PAÍS