Tener una empresa rentable y exitosa no es tarea sencilla. Tampoco es imposible si, desde el principio, se toman en cuenta ciertos aspectos que contribuyan a lograrlo, como estrategias acertadas, inversiones, liderazgo y un capital humano comprometido. Ciertamente es fácil decirlo, el reto está en implementarlo.
Y ahora, cuando se aproxima el final de un año tan complicado como 2020, mucho serán los análisis que se hagan sobre cuáles compañías lograron mantenerse a flote, aún con la pandemia, y cuáles no superaron la contingencia. También se determinará qué hicieron bien y qué no.
En tanto llegan esos análisis, a las empresas les conviene revisar y analizar desde ya qué están haciendo y en función de qué lo hacen. Es importante que evalúen las estrategias que han estado implementado y si es necesario, hacer lo más pronto posible los correctivos para ayudar a cumplir con éxito las metas trazadas o, al menos, de la manera más satisfactoria para la compañía.
Sobre qué aspectos, entonces, deberían poner la lupa. El trabajo en equipo es uno de los pilares para el desarrollo exitoso de cualquier proyecto y sobre ello se debe insistir para lo que queda de este año y hacer énfasis para el próximo.
De nada sirve tener la mejor tecnología, la cadena de producción operativa y un buen aparato de marketing si quienes deben encargarse en engranar las piezas no lo hacen bien. Todos los integrantes de un equipo deben estar alineados hacia la consecución de los objetivos y hacerlo en la mejor sintonía.
También las finanzas deben estar saneadas y al día. Para eso se requiere de un personal idóneo que no solo lleve las cuentas de una manera óptima, sino que tenga además la posibilidad de hacer sugerencias hacia dónde deben destinarse los recursos para obtener un mejor retorno de las inversiones.
Un capital mal invertido o poco optimizado no ayudará al logro de objetivos y mucho menos a empezar con buen pie 2021. Hay que tener previsto un flujo de caja solvente, saber hasta dónde se pueden mejorar los gastos y cómo hacer para que la gestión financiera de la empresa sea la mejor.
Así que mantener las finanzas al día va más allá de saber qué entra y qué sale. Hay que utilizar las herramientas que ofrece el mercado para llevar las cuentas. Por ejemplo, saber si hay planes de financiamientos en caso de que sea necesario utilizarlos, cuáles son las ventajas de hacerlo y cómo honrar los compromisos de pago, puede resultar beneficioso para las compañías.
Esto podría llamar a nuevos socios, gente interesada en invertir en la empresa, sin que esto signifique que atraviesa por problemas financieros. Lo que da es la posibilidad de agrandar el negocio, mejorar la relación con potenciales nuevos clientes y la proyección de llegar a nuevos consumidores.
Y no está demás que las compañías cuenten con un fondo para emergencias. Esta es, sin duda, una de las enseñanzas más importantes que ha dejado la pandemia. De hecho, la mayoría de los negocios que lograron mantener sus operaciones y actividades a lo largo de 2020 lo hicieron, en gran parte, por haber tomado previsiones para contingencias.
De igual manera, tienen que estar preparadas para 2021. Las noticias sobre los avances en las vacunas contra el COVID-19 son alentadoras, pero la pandemia aún no ha sido superada.
De allí que reiteremos lo señalado al inicio: desde ya les conviene a las empresas revisar y analizar qué están haciendo y en función de qué lo hacen para potenciar las fortalezas y corregir aquello que no está funcionando adecuadamente.
