La UNED participa en la construcción de un acelerador de partículas en Japón

 

La Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), a través de su Grupo de Investigación TECF3IR de Industriales, se ha encargado de los blindajes contra radiación del bloque de parada que ha diseñado el CIEMAT para el acelerador de partículas que se construye en Japón.

La localidad de Rokkasho, en la prefectura japonesa de Aomori, acoge desde hace varios años la construcción de LIPAc (Linear IFMIF Prototype Accelerator), un acelerador de deuterones muy singular tanto por el tipo de partículas que acelera como por la combinación de intensidad y energía con la que lo hace.

En su diseño y construcción ha participado la UNED a través del Grupo de Investigación TECF3IR de la ETSI Industriales, dirigido por el catedrático Javier Sanz Gozalo, un equipo "único en el mundo en esta especialidad", como ha destacado el director de la Escuela, el catedrático José Carpio Ibáñez.

"A día de hoy", destaca Sanz Gozalo, "no hay nadie en el mundo que haga lo que hacemos nosotros. Cualquier institución que quiera hacer algo en el área neutrónica de fusión nuclear tiene que contar con nosotros". El equipo ha diseñado un modelo de simulación por ordenador capaz de cuantificar niveles de radiación neutrónica que nadie era capaz de establecer.

Ese modelo, "el modelo de Patrick" como ellos lo definen (por Patrick Sauvan, profesor de la UNED miembro del grupo de investigación), y cuyo nombre oficial es McUNED, "ya ha sido exportado a la Unión Europea y a Estados Unidos y se ha empleado en la construcción de diversas instalaciones porque no hay ningún otro modelo de simulación de radiación aplicable a la construcción de blindajes que sea tan fiable como el nuestro".

En el caso concreto del acelerador japonés, según explica el también profesor e investigador del grupo Francisco Ogando Serrano, "el acelerador está dentro de un edificio que tiene paredes de metro y medio de hormigón pero, aun así, hay que hacer un blindaje más potente porque con eso no es suficiente. Estudiar qué materiales emplear, en qué proporción y con qué combinaciones sólo se puede hacer con nuestro modelo de simulación".

El equipo lleva diez años trabajando en este proyecto. "Tardamos cinco años en sacar el diseño básico y luego ya en detalle estuvimos trabajando hasta el año pasado junto al CIEMAT", explica Ogando.

Primero, el equipo desarrolló el blindaje adecuado para cada tipo de instalación según el modelo diseñado, y después probó de forma realista "qué pasa con las distintas piezas, cómo están ensambladas", según Ogando. El resultado es un blindaje de grandes dimensiones: dos metros de diámetro y más de 20 toneladas de peso que está siendo enviado por piezas a Japón.

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