La economía circular como respuesta a las crisis medioambientales y económicas

Sabiendo que cada ser humano genera 500 kg de residuos al año, es fácil pensar que la reutilización de estos residuos y el reciclaje tendría un impacto significativo en la reducción de la huella medioambiental que generamos como individuos y como sociedad. Es uno de los principios en los que se sustenta la Economía Circular: producción de bienes con menos materias primas. No solo beneficia al medio ambiente y a nuestro entorno natural, sino que sus implicaciones se extienden al ámbito económico también.

El viejo y actual modelo de producción y consumo de "usar y tirar" no puede seguir teniendo cabida en nuestra sociedad porque los recursos naturales no son inagotables. La Economía Circular optimiza los recursos, materiales y residuos de los que se disponen para reutilizarlos y alargar su vida útil.

Con la cantidad de residuos que generamos los humanos, las oportunidades que nos plantea un modelo de Economía Circular son inmensos. Pero claro, se deben sentar las bases normativas a nivel gubernamental para fomentar e inculcar esta mentalidad sostenible a gran escala y reducir las emisiones con el fin de salvaguardar fauna y flora.

Se van dando pasos en este sentido con pactos a nivel mundial como el Acuerdo de París, surgido para detener las gravísimas consecuencias del cambio climático, pero es a nivel particular y doméstico donde podemos marcar la diferencia.

Y también a nivel local y empresarial, ya hay muchas pequeñas y medianas empresas nacidas en el siglo XXI bajo las firmes premisas ecológicas de la sostenibilidad, la reutilización y el reciclaje. Por ejemplo, empresas que abogan por los huertos urbanos y kits de autocultivo que se basan en residuos orgánicos para dar cosechas de infinidad de productos frescos y habituales en cualquier cocina y dieta mediterránea.

Como dicen en Resetea: "los recursos no existen", por eso esta pequeña empresa gallega reutiliza un residuo orgánico abundante en nuestro país: los posos de café o cascarillas del grano del café. Solo en España se generan anualmente más de 200 000 toneladas de este residuo. Y desde ahí generan kits de autocultivo de setas que nacen gracias al sustrato que supone para el hongo los nutrientes que le traspasa los posos del café o las cascarillas del grano, y que se ha convertido en el regalo ecológico estrella del último año.

Una vez usado como sustrato para las cosechas de setas, se reutiliza de nuevo como abono para nuestras macetas (cultivos sin suelo).

Estos kits de autocultivo se han puesto de moda como tendencia sostenible de una mejor dieta y de una conciencia ecológica que va imponiéndose en muchos hogares. También como regalos naturales para amantes de la cocina y/o de ambientes al aire libre. Un ejemplo de ellos es el kit plantas aromáticas con hasta 6 bombas de semillas, pura delicia para los sentidos.

Los residuos orgánicos en cultivos favorecen la reducción de los miles de kilos de residuos que se generan en procesos comerciales e industriales, y reduce también el uso de fertilizantes sintéticos en la explotación de la tierra para cultivos. Por ejemplo, cada taza de café solo aporta un 0,2% de los nutrientes del fruto, el resto, acaba en vertederos ocupando mucho espacio y emitiendo grandes cantidades de gases invernadero en su proceso de composición (metano).

La empresa Resetea ya ha reutilizado más de 50 toneladas de posos de café hasta dándoles un uso ecológico provechoso y oxigenante. Pero además produce y comercializa otros muchos kits de autoculitivo, como kits de plantas aromáticas, brotes verdes, flores comestibles, productos de huerto urbano, etc.

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