Opinión

El pragmatismo y el utilitarismo moral y político

Grafismo UNED
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Nunca he sabido contestar a esta cuestión y este problema, sé que existen decenas de miles de páginas de ética y de moral, en todas sus formas, sobre este tema…

¿La actividad humana, se debe conducir por una ética y moral correcta, o, debe ser correcta pero además utilitaria y pragmática…? ¿Es aplicable lo mismo, a un sujeto o a un individuo en sus realidades prácticas y morales, o, debe ser distinta para los entes sociopolíticos o socioeconómicos, o, que las autoridades máximas de la política y de la economía, pueden dejarse y olvidar más los grandes principios éticos y morales, y, ser más pragmáticos…?

Dirán, con razón, que hay que mirar la realidad del caso y de las circunstancias y de las situaciones concretas. ¿Que hay que mirar el caso o la realidad concreta que tenemos que juzgar? ¿Entonces, no existe una norma o ley universal del comportamiento humano, que llamamos moral y ético, que se mezcla y se combina con otros factores de la realidad en el ser humano?

¿Por lo cual, caemos en una moral relativa y relativista, pragmática y utilitarista según el tema y la realidad concreta, según el sujeto que interviene y sus intereses, o según sus fines, y, no según sus causas, o una combinación de fines y causas y medios racionales y lógicos y morales…?

Parto del hecho y del concepto, que “somos unos primitivos psicológicos y morales”, usted y yo, y, que vivimos en sociedades y culturas, que en muchos sentidos, son muy primitivas. Que no han desarrollado suficiente conceptos e ideas y enunciados más verídicos y verdaderos, en cuanto a la moralidad, aunque haya avanzado bastante en parámetros que estudian las ciencias naturales y físicas y matemáticas… pero en los demás campos, somos como seres que van cojos y cojeando por la realidad y en la realidad.

Lo hemos demostrado en el siglo veinte hasta la saciedad. No olviden que el siglo veinte, la mitad del siglo veinte, es el tiempo de su abuelo o bisabuelo, no es el tiempo de Carlomagno, ni de Julio César, ni de Aníbal, ni de Alejandro Magno

Pero si todos somos pragmáticos y utilitaristas y relativistas, todos los individuos, porque no lo van a ser, los que sustentan el poder sociopolítico y socioeconómico. Y, si los que sustentan ese poder o poderes máximos son relativistas, utilitaristas, relativistas porque no lo van a ser las entidades, organizaciones, personas que ocupan cargos y cargas intermedios, y, en general, el resto de las personas y del pueblo, y, usted y yo y su vecino del vigésimo piso…

Porque en el fondo, no sé, si ustedes son conscientes, que aceptemos una idea u otra, quitamos el fundamento esencial, que mueve o conmueve el mundo de hoy. Si aceptamos un relativismo, pragmatismo, utilitarismo -que durante siglos tenía otros nombres posibilismo, etc.-, entonces ponemos en duda, quitamos, en gran parte el fundamento de las Constituciones Democráticas que es el pilar del mundo teórico práctico de la rex pública de hoy.

Y, si quitamos, el fundamento último de los Derechos Humanos, que es el pilar en el que fundamentamos todo el edificio jurídico y social y político del mundo de hoy… -incluso el ético y moral, en muchos sentidos, de individuos y colectivos-.

Porque no olvidemos que las barbaridades, no existen adjetivos, inventados o descubiertos por el ser humano, que puedan explicar, realidades que se dieron en Europa y en Eurasia en el siglo veinte, no es porque no se cumplieron los Derechos Humanos, que desde luego, fue por eso –porque ya existían Cartas esenciales otorgadas por los seres humanos, por ejemplo, la Carta de los Derechos del Hombre de 1791, por no citar otras-.

Sino porque se incumplieron multitud de derechos que existían en los códigos jurídicos de todos los países, y, desde luego se incumplieron los códigos éticos y morales, que existían en cada momento y en cada zona, y, se incumplieron normas religiosas que llevaban aplicándose siglos, y, se incumplieron un mínimo de racionalidad y sentido común… porque en el fondo, se cayó, en una especie de relativismo radical moral, un pragmatismo radical moral, y, otras concepciones similares, que no podemos desarrollar aquí en este modesto artículo…

Todo esto y más cosas me ha recordado y me ha sugerido al leer una columna del notable escritor y articulista Javier Cercas, titulado: Los amigos de Kant, publicado en El País, el día 28 de junio del 2018. ¡Usted dirá, estimado y estimada lector y lectora…! ¡Usted dirá, pero todos tendremos que soportar las consecuencias, posiblemente, durante generaciones y sobre millones de personas, de lo que hoy se haga, de lo que hoy se legisle, de lo que hoy se reglamente, de lo que hoy se pacte…!

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