Opinión

¿El liderazgo máximo debe ser sometido a estudios psicológicos?

León en la entrada del Congreso de los Diputados en Madrid
photo_camera León en la entrada del Congreso de los Diputados en Madrid

Un tema, que está en el ambiente, desde hace muchas décadas, es si los liderazgos máximos económicos, políticos, sociales deben pasar por una prueba de idoneidad psicológica.

Nadie se rasgue las vestiduras, desde que tenemos conocimientos de líderes máximos en la política y en otros ámbitos, se ha visto y experimentando que la personalidad de las figuras máximas en los terrenos económicos, sociales, culturales, religiosos, políticos, igual que en las propias familias, empresas medianas o pequeñas, son un elemento esencial, un condicionante, positivo o menos positivo, para esas entidades…

Pero, la cuestión, es si en los estratos más altos de la sociedad, pongamos por caso, los líderes máximos en el terreno de la economía, política, y, otras entidades sociales, si esos entornos sociales deben buscar modos y medios para que los que aspiran a ser líderes máximos, tengan que ser sometidos, de la forma que se crea conveniente y adecuada y moral y verídica y verdadera y científica y discreta, e incluso, secreta, si se desea, a un estudio de análisis psicológico de personalidad, por equipos de evaluadores, que tengan suficiente capacidad y conocimientos y mesura y moralidad…

Este es un problema o cuestión que viene desde los imperios antiguos. Como los líderes máximos son un elemento esencial, para que se sustenten o decaigan. Tenemos decenas y cientos de historia de la Grecia Antigua y de la Roma antigua, y, la tendríamos también, si tuviésemos más documentos de la Cartago clásica, incluso de la misma Biblia.

Es famoso, no nombraré apellidos, que un líder máximo en un país no-democrático en el primer tercio del siglo veinte, fue sometido a un estudio de personalidad, por un psiquiatra de máxima solvencia en su país, y, este dio un veredicto no correcto y no adecuado, y, se sabe, que dicho psiquiatra después desapareció de la faz de la tierra…

El anterior hecho, que suponemos es cierto, demuestra dos realidades, que los sistemas sociopolíticos de liderazgos máximos, siempre han estado preocupados y ocupados con esta cuestión. En segundo lugar, que se han aplicado, a veces, de una forma o de otra. Tercero, que los que evalúen a dichas personas, sea en entidades sociales, políticas, culturales, religiosas, deben tener la máxima garantía de su seguridad personal, que podrán y puedan dar un diagnóstico justo y verdadero, según el saber, hasta dónde se haya alcanzando, y, no ser por ello tocado ni un cabello de su barba…

Dirán, algunos con razón, es que entonces, se podrán utilizar esos sistemas o equipos de evaluadores, como un instrumento indirecto, para quitar de la carrera final, del máximo liderazgo a algunos candidatos o candidatas. Debo confesar, que ante esta cuestión, no sé la solución.

Quizás, podría ser, que se hiciesen el autoexamen esos candidatos, que quieran aspirar a las jerarquías máximas, y, se hagan varios, por diversas personas o entidades, y, se lo tengan que mostrar a determinados órganos de dichas entidades, de forma discreta o secreta. Y, de ahí, desde luego no puedan salir dichas informaciones. Porque entre otras cosas, entonces, no encontraríamos candidatos que se quisiesen presentarse a la alta política, a la alta economía, a los altos cargos de la sociedad…

Si miramos de reojo el siglo veinte, debemos aceptar la realidad, que la personalidad de los líderes máximos, ha sido un elemento esencial, para la paz social y política y económica en el mundo. Buenos líderes, con una estructura psicológica normal y mesurada y pacificada, han proporcionado que sus sociedades o sus entidades, sean de tipo político o económico, hayan podido prosperar y avanzar… Y, líderes, sea en el terreno que sea, que han tenido personalidades complejas, por indicarlo de algún modo, han llevado a sus sociedades a situaciones demasiado complicadas, algunas reversibles y otras irreversibles, unas previsibles y otras impredecibles, -para indicarlo de forma débil y suave y afectuosa-.

Podríamos poner nombres y apellidos, geografías, países, sistemas sociales, políticos, económicos, religiosos… solo con fijarnos en el siglo veinte. En sistemas sociopolíticos y culturales diversos… Y, esto es evidente, la personalidad del liderazgo máximo, puede ser un determinante y condicionante enorme en cualquier entidad…

En otros textos, hemos indicado, las cuatro o cinco condiciones mínimas, que pienso se les deben o deberían exigir a los líderes máximos económicos o políticos, que quieran aspirar a esos cargos y cargas de alto nivel. Hemos indicado estudios superiores, master específicos de alto liderazgo político-económico que las universidades deberían organizar, una edad mínima, tener experiencia en su rama, sea política y económica, de suficientes años, haber pasado por distintos cargos y cargas, y, desde luego, un estudio de personalidad psicológica realizado por entidades justas y equitativas y sabías…

¡Creo que es justo y equitativo y racional, porque alguien para aspirar a una plaza equis de funcionario se le exigen multitud de mínimos y de temáticas y de metodología, qué menos hacer lo mismo o similar, para los altos cargos de la sociedad y de la política y de la economía…!

¡Miren el siglo veinte, por no indicarles la antigüedad…! ¡Miremos y aprendamos…!

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