La inspección en estos locales ocultos se llevó a cabo en septiembre pasado y en ella participaron la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de Madrid y funcionarios de la Inspección Provincial de Trabajo y Seguridad Social, según la Jefatura Superior de Policía de Madrid.
Los agentes detuvieron a cinco empresarios de entre 38 y 50 años y nacionalidades española o de países de Suramérica, acusados por delitos de promoción de la inmigración irregular y contra los derechos de los trabajadores, ya que sometían a sus trabajadores a jornadas inhumanas.
También fueron arrestados 28 empleados, en su mayoría marroquíes y suramericanos, por encontrarse en situación irregular en España.
Tras las gestiones policiales, los 13 talleres, emplazados casi todos en las calles Secoya y Tórtola, fueron desmantelados por los agentes.
A principios de julio pasado, tres jóvenes, que resultaron heridos graves, provocaron de madrugada un incendio en un taller de costura clandestino en señal de venganza ante los propietarios.