El último apocalipsis en Cataluña ha sido que el restaurante ABaC, de Jordi Cruz, no atendió en catalán a un cliente. Se trataba del director de teatro Joan Lluís Bozzo, que acudió al exclusivo restaurante para, después, colgar un polémico mensaje en redes. ‘¡Tres estrellas de decepción!’, dijo.
Joan Lluís Bozzo es conocido por hablar sin pelos en la lengua. Allá donde encuentre algo que, a su parecer, es injusto, lo denuncia a los cuatro vientos. El último atropello que encontró lo vivió él mismo: no le atendieron en catalán en el restaurante ABaC.
Bozzo no optó, pues, por una crítica gastronómica. Al margen de la calidad o de, simplemente, de tener la oportunidad de disfrutar de un lujo así, Bozzo hizo una crítica lingüística. Cosa que le valió más de un reproche: problemas de procesistas que pueden pagar 300 euros por comer, le decían.
El chef del restaurante, el conocido Jordi Cruz, no participa mucho en redes. Cuando lo hace es, entre otras cosas, para desmentir noticias referidas a su persona. Como era de esperar, se ha pronunciado sobre este asunto.
El menú degustación parece ser que está en suficientes idiomas como para que nadie vea su integridad lingüística comprometida. Desde español hasta ruso y pasando por chino mandarín: en catalán, por supuesto, también ¿Por qué, entonces, Bozzo no ha sido atendido en catalán?
Porque parte del personal del restaurante es extranjero. Así, se explica el cocinero, es probable que Bozzo fuera atendido por un maître que es italiano u otro que es vasco. Y, sobre esto, añade que ‘están aprendiendo el catalán’.
Finalmente, se dirige él mismo al afectado y le dedica un mensaje. ‘Cuando vuelvas, Joan Lluís, si hace falta te atenderé yo mismo para que salgas súper contento... ¿vale?’.
