Imagina llegar una mañana a Santiago y, de repente, ver a un grupo de zombis caminando por las calles del casco histórico. Aunque sean de caracterización, es una imagen que puede suceder: el equipo de 'The Walking Dead: Daryl Dixon', serie basada en el personaje que lleva el mismo nombre, se dirige a la capital gallega para rodar algunas escenas de su tercera temporada.
Aunque todavía no han trascendido las localizaciones exactas, será durante dos días, el 1 y el 2 de octubre, cuando se llevará a cabo. Por ahora, se ha hecho en la ciudad la primera parte del casting para elegir a la figuración. En un mes, los seleccionados quedarán inmortalizados en una de las series más exitosas del momento.
Tal y como han avanzado desde la productora, la tercera temporada seguirá a Daryl Dixon, interpretado por Norman Reedus, y a Carol Peletier, interpretada por Melissa McBride, mientras continúan su viaje de vuelta a casa para encontrarse con sus seres queridos. En su lucha por buscar el camino, el recorrido les extravía aún más, llevándolos a tierras lejanas de condiciones adversas y en constante cambio.
"Vamos a rodar en muchos lugares icónicos, como Santiago de Compostela. Es una gran noticia para nosotros y una gran oportunidad para nuestra industria", señalaba Antonio Ruiz, director general de AMC Networks, en un encuentro en el marco del FesTVal de Vitoria y recogido por Efe. Al elenco original de la serie se unirán los españoles Eduardo Noriega, Óscar Jaenada y Alexandra Masangkay.
Parte de la temporada ya se ha rodado en Madrid. Los vídeos colgados en redes tanto por el elenco de figurantes como por los vecinos de los barrios elegidos muestran como un posible adelanto lo que los compostelanos se podrán encontrar durante los primeros días de octubre. En los vídeos se ve como decoraron las calles con todo tipo de detalles. Simulan los paisajes urbanos de Londres, algo que todavía no se sabe si pasará en Santiago o no.
Lo más llamativo, plantas y arbustos poblados subiendo por la fachada de los edificios. También coches calcinados aparcados en los laterales, paradas de autobuses viejas y cubiertas de polvo, hojas marchitas en el suelo y cabezas de zombis por las esquinas. La figuración que deambula por las aceras, como era de esperar, no se reconoce: todos van caracterizados de zombis, en tonos marrones y con vegetación que crece a lo largo de su indumentaria.
