Los males del Fuenlabrada no terminan nunca. Una veces están mejor, otras peor, pero muy pocas veces están bien por completo. Cada final de temporada es un bucle para el club, que ve cómo la historia se repite una y otra vez. Parecía que esta temporada iba a ser distinta, pero quedan siete partidos y el Fuenla está ahora a cuatro puntos del descenso. Y sus rivales puntuando constantemente. No, esta temporada puede que sea como las anteriores.
El Fuenlabrada no jugó mal, al menos durante la primera mitad y los veinte minutos finales. Necesita dos cosas para tener opciones de ganar: presionar bien y estar bien posicionados. Que no le ganen en intensidad. A partir de ahí, tendrá opciones. Esa parte la cumplió en el Nou Estadi de Tarragona, pero sigue necesitando algo más para ganar. Es lo esencial, la capacidad de crear peligro y marcar.
Las diferencias futbolísticas entre Nástic y Fuenlabrada no son grandes. Ya ganaron los azulones en la ida, y volvieron a hacer que el rival no pasara una buena tarde en su propio campo. Muchas pérdidas de balón, pocas salidas claras, muy escasas ocasiones de gol... pero lo que tienen lo aprovechan.
Incluso si es casi cómico, como el centro de Jaume Jardí que nadie remató, se fue envenenando y se coló en la portería tras pegar en el poste. Antes les anularon un gol por una falta de Gorostidi sobre Alba y, a posteriori, sobre Belman. Con solo eso, se metieron la victoria en el bolsillo.
Si hay algo tradicional en el Fuenlabrada, a parte de sus problemas ofensivos, es verse con la necesidad de remontar muy a menudo. Un combo destructivo que pocas veces le sale bien al Fuenla, aunque esta vez probó suerte no solo desde los centros laterales.
Raúl Hernández, Sergio Benito y William intentaron desbordar por el interior, siendo el último el que más éxito tuvo en la tarea. Hubo dos ocasiones realmente claras: en la primera el balón le pasó entre las piernas tanto a Sergio Benito como a su defensor, y en la segunda Barbosa mandó arriba un regalo de Sergio Benito desde el corazón del área.
Sin eficacia es necesario hacer muchas ocasiones, y en ambas cosas falla un Fuenlabrada que ha pasado en una semana de estar tranquilo a entrarle los sudores fríos al mirar hacia abajo. La derrota ante el Nástic podía entrar en los planes, la del Sabadell no. Y ambas conforman una racha de tres partidos seguidos perdiendo para los de Carlos Martínez. No, no será el final tranquilo que se preveía. Otra vez, las jornadas finales serán vitales.
ONCE DEL NÁSTIC DE TARRAGONA: Varo; Pol Domingo, Trigueros, Nacho González, Joan Oriol; Gorostidi (Escudero), Borja Martínez, Godoy (Pablo Fernández), Jaume Jardí (Mario Rodríguez/Iker Recio), Montalvo; Marc Fernández (Álex Mula)
ONCE DEL C.F. FUENLABRADA: Belman; Sotillos, Lama, Alba (Vigaray), Barbosa (William); Cristóbal, Ale Galindo, Carlos Benítez, Durán, Raúl Hernández; Sergio Benito (Ilies)
ÁRBITRO: Francisco Javier Fernández Vidal
GOLES: 1-0 Jaume Jardí, min.31
