El Fuenla ve cada vez menos luz al final del túnel. Un túnel que están cavando hacia abajo y sin pausa. La visita a Zubieta era muy importante por dos motivos: porque había que cortar la racha de derrotas y porque existía la certeza de que, si no puntuaba, le iban a recortar puntos por detrás de forma inevitable. El Sabadell-Cornellá así lo aseguraba. Era, pues, un duelo vital para el futuro a corto plazo de un equipo que necesita más alegrías que oxígeno para respirar.
La dinámica es de lo más negativa. Una vez más, el guión del partido sufrió pocos cambios. El Fuenla sale bien del vestuario, tanto en la primera como en la segunda mitad, pero a la mínima le van a marcar (habitualmente con fallos incluidos) y va a terminar desvaneciéndose. Volvió a tener la primera ocasión, y volvió a no aprovecharla.
A la primera que tuvo la Real Sociedad B, encadenaron varios errores graves y concedieron el 1-0. Era el minuto 20, pero ya no volvieron a aparecer hasta que arrancó la segunda mitad. Es tan simple como triste: recibe un golpe y se desarma. Y eso, en un equipo que no va sobrado de armas, es casi conceder la derrota.
La segunda parte no pintaba mal, como tampoco lo hacía la primera hasta el gol. Pero a los trece minutos, segundo golpe al mentón. David Alba, que ya tenía una tarjeta amarilla, hizo como Araujo contra el PSG y terminó igualmente expulsado.
En el lanzamiento de la falta Belman la mandó al córner, en el saque del córner llegó el segundo gol. Con altas dosis de suerte, Ekain Azkune anotaba el 2-0. Quedaba media hora, el Fuenla estaba con uno menos y a dos goles de un posible empate.
No lo hizo mal con diez, todo lo bien que podía hacerse. Pero los tres puntos no se perdieron en esa media hora, fue mucho antes. Tras el primer gol, ya estaba muy cuesta arriba para los azulones. Un equipo que nota tanto los golpes, recibió el primero y se fue a la lona hasta el descanso.
El segundo, más que golpe, fue un derechazo de Ali. En ambos casos, vienen precedidos de errores graves. Todo se combina en un Fuenlabrada que ha olvidado todo lo que hacía bien hace mes y medio, cuando su temporada se basaba en esperar plácidamente al final con la permanencia casi asegurada.
Cinco jornadas después, ni puede esperar plácidamente ni la permanencia está, ni mucho menos, asegurada. Con la caída de confianza, cae también el juego. Sin ambas, llegan las desconexiones y los errores. Y a todo ello, se le suma una falta de capacidad ofensiva que ahoga todavía más al equipo.
Quedan cinco jornadas, que pueden ser un paseo por el infierno para los de Carlos Martínez. O reaccionan rápido o, por quinto año consecutivo, pelearán por no descender. Pero hay una diferencia notable: durante tres años, la pelea fue por no descender de Segunda División. Hace un año, peleaba por no descender a Segunda...Federación. Hoy, vuelve a estar en la misma situación. Todavía hay tiempo, pero cada vez menos. Reacción o dolor.
ONCE DE LA REAL SOCIEDAD B: Aitor Fraga; Aramburu (Beitia), Jon Martín, Peru Rodríguez (Balda), Zoilo; Pablo Marín, Gorrotxategi, Mikel Rodríguez (Eder García), Rupérez, Magunazelaia (Mariazkurrena); Ekain Azkune (Dadie)
ONCE DEL C.F. FUENLABRADA: Belman; Sotillos, Alba, Lama, Barbosa; Álvaro García (Buer), Ale Galindo (Aarón), Bravo (Kara), Carlos Benítez (Currás), Raúl Hernández (Ilies), Sergio Benito
ÁRBITRO: Armando Ramo Andrés
GOLES: 1-0 Ekain Azkune, min.20; 2-0 Ekain Azkune, min.61
